El verano terminó, pero la fiesta continúa en todos estos lugares que están en la capital.
Las vacaciones de verano terminaron en un parpadeo, dejando a más de uno al borde de la depresión por los recuerdos que nos quedan de los lugares que visitamos.
Hayas ido a la playa, un Pueblo Mágico o una ciudad, siempre quedan todos los paisajes, olores y sabores que persisten en nuestros sentidos, ante lo cual necesitamos nuevas experiencias para continuar con nuestra vida.
Museo Nacional de Antropología Foto: Gobierno de México
Si bien no puedes regresar a la semana que pasaste en un destino paradisíaco, en este lugar conocerás todo lo que debes saber sobre las culturas antiguas de nuestro país, tales como la mexica, la maya, la olmeca y la huasteca, entre otras.
Para conocer todas las salas de este lugar necesitarás más de un día, además que el mismo museo en sí es la joya arquitectónica de Pedro Ramírez Vázquez. En tu visita no olvides tomarte la foto en la fuente “El Paraguas”, de los hermanos Chávez Morado.
Templo Mayor. Foto: INAH
Continuando con la idea de conocer el pasado de estas tierras es que llegamos al Centro Histórico y unas de las ruinas prehispánicas más populares del país. Hablamos del Templo Mayor, que se descubrió en 1914.
Esta zona cuenta con su propio museo de sitio, donde se exponen todos los hallazgos que se han hecho en el primer cuadro de la ciudad, además que cuenta con esculturas icónicas de México como el “Calendario Azteca” y la pared de cráneos conocida como “Huey tzompantli”.
Casa Azul Foto: Faecebok Casa Museo Frida Kahlo
Ya con la historia más reciente, un destino que te puede curar la depresión post-vacaciones es el Museo Casa Frida Kahlo, que es conocida internacionalmente como la “Casa Azul”, donde vivió la pintora más importante de México.
En este espacio ubicado en Coyoacán no solo encontrarás algunas obras de la autora de “Las dos Fridas”, también apreciarás los objetos personales de la pintora y recorrerás su imponente jardín que cuenta con una pirámide decorada con las piezas prehispánicas de la colección de Diego Rivera.
Muac. Fotos: Oliver Santana/Cultura UNAM
Para regresar a la actualidad, y ya que estamos por los rumbos del sur de la CDMX, tu siguiente parada es el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), el cual está en el área cultural de Ciudad Universitaria.
Este recinto cuenta siempre con exposiciones de los artistas contemporáneos más importantes del mundo tales como Ai Weiwei, Carla Rippey, Vicente Rojo, Zaha Hadid, Jan Hendrix y Anish Kapoor, tan solo por mencionar a algunas de las estrellas internacionales que pisaron la UNAM.
Después de una experiencia demasiado cultural es importante regresar al presente y para ello un lugar imperdible es el denominado Barrio Chino de la CDMX, el cual es un corredor donde encontrarás una gran cantidad de productos, alimentos y bebidas orientales, así como cosas de Corea del Sur y Japón.
Su origen se remonta hasta 1880, cuando Porfirio Díaz abrió las puertas a la comunidad china para la construcción de herramientas tecnológicas. Una vez que llegaron, las familias se asentaron en este lugar que en la actualidad podemos ver decorada con dragones, globos de cantoya y esculturas de leones de Buda en su entrada.
Blue Bar. Foto: Camino Real Polanco
La CDMX tiene la cura perfecta para la depresión post-vacaciones. Gracias a que es un destino cosmopolita, encontramos una amplia diversidad en su oferta culinaria y de entretenimiento, como es el caso de Blue Bar.
Este espacio ubicado en Camino Real Polanco ofrece una experiencia única a través de su mixología y su diseño al grado que te sentirás en cualquier otra ciudad del mundo, pese a estar en tu casa.
Café Tamayo. Foto: Camino Real Polanco
Si lo tuyo son los planes tranquilos o bien quieres una date para conquistar a tu persona favorita entonces debes visitar el Café Tamayo, donde no solo hallarás el menú ideal para tu brunch, sino te sentirás dentro de un museo.
La vivencia de sentirte en un espacio museístico será gracias a que tomarás tu café favorito ante el mural Hombre frente al infinito (1971) de Rufino Tamayo, a la vez que la comodidad y deleite visual de este espacio fue diseñado por el arquitecto Ricardo Legorreta.
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