Un recorrido por la historia de Tlaquepaque

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A tan solo 15 minutos de Guadalajara, Tlaquepaque se alza como uno de los Pueblos Mágicos más encantadores de México, gracias a su rica herencia artesanal, su arquitectura colonial y su espectacular vida cultural.

Con calles empedradas, coloridas casonas y un ambiente lleno de música, gastronomía y arte, este destino invita a recorrer sus plazas, galerías y mercados en un entorno que combina historia, tradición y modernidad.

Esta cercanía con Guadalajara lo convierte en una parada obligada para quienes desean adentrarse en la esencia jalisciense. Aquí, se pueden disfrutar las típicas tortas ahogadas, un buen tequila o mariachi en vivo mientras se descubren las bellas piezas de alfarería y cerámica que han dado fama internacional a este mágico pueblo.

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Breve historia de Tlaquepaque

El origen de Tlaquepaque se remonta a tiempos prehispánicos, cuando los totonacas habitaban la región y destacaban por su habilidad en la creación de utensilios de barro y cerámica. Tras la llegada de los españoles en 1530, el pueblo pasó a llamarse San Pedro Tlaquepaque, en honor a su santo patrono.

A lo largo de los siglos, el lugar conservó su espíritu artesanal, transformándose en un referente nacional de cerámica, vidrio soplado, madera tallada y equipales. En octubre de 2018, Tlaquepaque fue reconocido oficialmente como Pueblo Mágico por su riqueza cultural, su preservación de las tradiciones y su destacada oferta turística.

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¿Qué hacer en Tlaquepaque, Jalisco?

Las actividades en Tlaquepaque son tan variadas como fascinantes. Uno de los puntos más icónicos es el Andador Independencia, una calle peatonal llena de tiendas, galerías de arte, restaurantes y cafés.

Aquí podrás admirar y adquirir piezas únicas de cerámica, vidrio soplado y papel maché, creadas por los talentosos artesanos locales.

Para los amantes de la historia y el arte, el Museo Regional de la Cerámica y el Museo Pantaleón Panduro del Premio Nacional de la Cerámica son paradas obligatorias. Estas instituciones exhiben piezas que datan de los siglos XVII y XIX, así como obras contemporáneas de distintas regiones de México.

El Jardín Hidalgo, con su quiosco antiguo, fuente central y frondosos árboles, es un lugar perfecto para relajarse y disfrutar del clima. Muy cerca de allí se encuentran la Parroquia de San Pedro, de imponente estilo bizantino y barroco, y el Santuario de Nuestra Señora de la Soledad, que destaca por su arquitectura neoclásica.

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Para quienes buscan un ambiente festivo, El Parián es una excelente opción. Este enorme corredor de restaurantes ofrece mariachis en vivo, comida típica jalisciense y una atmósfera ideal para convivir al más puro estilo tapatío.

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Dónde hospedarse

Si bien Tlaquepaque ofrece una experiencia inolvidable, la cercanía con Guadalajara brinda opciones de hospedaje de lujo, como el Hotel Quinta Real Guadalajara, perteneciente a Grupo Camino Real.

Foto: Quinta Real Guadalajara

Este hotel de 5 estrellas combina la arquitectura clásica mexicana con modernas comodidades, brindando a sus huéspedes un refugio de elegancia y confort.

Rodeado de hermosos jardines y con habitaciones amplias y decoradas con exquisito gusto, Quinta Real Guadalajara es ideal tanto para quienes viajan por placer como por negocios.

Además, su ubicación estratégica permite un fácil acceso a varios puntos turísticos de Guadalajara, como el Centro Histórico, el Teatro Degollado y el Mercado San Juan de Dios.

Dentro del hotel, los huéspedes pueden disfrutar de una experiencia gastronómica inigualable gracias a sus restaurantes de alta cocina, que ofrecen desde platillos tradicionales mexicanos hasta propuestas internacionales.